A los 13
¡Ah cómo lo recuerdo! fue un tanto
singular, te conocía de tiempo atrás aunque parecía redescubrirte a cada
momento, eras el pichichi escolar, esa mirada, esa forma tuya de actuar, aquella sonrisa que hacía verte tierno, ¡te sentías ni más ni menos que el Casanova noventero! y no eras más que un chiquillo de 13, con esos hoyuelos que te hacían verte tan coqueto... te acercaste y no lo niego me
hiciste sentir algo especial, mis manos sudorosas y mis dedos que temblaban cual gelatina... mientras duró tu acoso, presumías de traer a
todas arrastrando la cobija por ti… pero yo, no era todas.
Nunca terminé de entender tu
forma peculiar de quererme conquistar, lo complicabas cada vez que te acercabas
y me querías robar un beso pero tus escasos 5cm. más bajito que yo, no lo
permitían.
Anduviste con muchas, debiste de
haber besado más de un ciento de veces, a mí solo lograste robarme un beso de
esos que apenas y rozan los labios, esos besos que nunca olvidas y gurdas en el
cajón izquierdo del corazón donde archivas los amores que pudieron ser pero
nunca, nunca serán.
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